Nueva cepa de virus en delfines llega al Mediterráneo

Nueva cepa de virus en delfines llega al Mediterráneo

De 1987 a 1988, una extraña afección, que combinaba neumonía, encefalitis y daños al sistema inmunitario, acabó con la mitad de la población de delfines mulares del Atlántico. El responsable fue un virus del género Morbillivirus, de la misma familia a la que también pertenecen los causantes del sarampión en humanos y de la peste bovina.

Desde entonces, ha provocado epidemias muy destructivas que ha afectado a diferentes especies de cetáceos de todos los océanos, lo que le ha otorgado el título de ser el virus más letal para estos mamíferos.

En el último brote de 2011, tan solo en la Comunitat Valenciana, aparecieron varados 50 cadáveres en mes y medio. Sin embargo, a partir de 2012, se detectó un cambio en el patrón de esta enfermedad que, ahora se sabe, se debió a la existencia de una nueva variante del virus, que está circulando por las aguas del Mediterráneo, concluye un artículo publicado en la revista BMC Veterinary Research.

Nueva cepa de virus en delfines llega al Mediterráneo

La investigación es resultado de un estudio pionero de la Fundación Oceanografic, en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid, el Centro de Investigación en Sanidad Animal del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (CISA-INIA) y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

La novedad reside en que esta nueva cepa tiene un patrón diferente ya que a los animales que afecta tienen lesiones más graves que los que provoca la variedad autóctona mediterránea, que produjo el último brote de 2011. Pero, por el contrario, no provoca plagas como las causadas históricamente por estas, sino que afecta a individuos solitarios, reseña un sitio especializado.

Una cepa distinta a las locales

La hipótesis de la científica es que la variante del virus fue introducida en aguas del Mediterráneo por un animal portador proveniente de aguas atlánticas, que infectó a especímenes locales.

“No se trata de una colonización puntual y circunscrita a las costas españolas -muy cercanas al Estrecho donde se comunica con el océano-, sino que la cepa se ha asentado y está circulando en este mar”, concreta Rubio-Guerri. Prueba de ello sería que se han encontrado otros casos similares en regiones de Francia e Italia. “Con este estudio alcanzamos una mayor comprensión del virus y su capacidad de expansión, lo que nos permitirá avanzar en el conocimiento de la enfermedad”, señala la investigadora de la Fundación Oceanografic.

“Las principales dificultades para entender mejor esta devastadora enfermedad es que se da entre cetáceos salvajes, que existe una alta mortandad entre los infectados y que no se pueden plantear infecciones experimentales como sí se realizan con algunas especies de laboratorio”, explica Rubio-Guerri. Por ello, “la investigación se limita a la información que aportan los cadáveres de aquellos que llegan varados a nuestras orillas”.

El estudio del Oceanografic se basa en cinco animales muertos por el virus, del total de los 322 recogidos en las costas valencianas desde 2010. El Animal número 1 se recogió en 2011, el número 2 en 2012, el número 3 en 2014 y los números 4 y 5 en 2015. Tras secuenciar genéticamente el virus que provocó su muerte, se apreció que el número 1 era idéntico al que causó la epidemia mediterránea de 2011, mientras que los 4 restantes eran idénticos a la cepa del Atlántico Norte.

Deja un comentario