Antes de matar a 17 personas, el asesino de la secundaria de Parkland Nikolas Cruz le confesó a una adolescente de 13 años que vive en el estado de Washington que tenía ideas suicidas y que estaba furioso de que abusaran de él en la escuela.
“Estaba muy colérico con la escuela porque abusaban mucho de él”, le dijo la chica a un detective de la Policía del Condado Broward (BSO) que investigó la masacre del 14 de febrero en la secundaria Marjory Stoneman Douglas.
“Me dijo que a menudo lo empujaban y varias veces le pegaron. Me confesó que todo eso le hizo sentirse triste y que por ello odiaba a la escuela”, declaró la muchacha, cuyas declaraciones reproduce la prensa.
La chica, que en la actualidad estudia el primer año de secundaria, dijo que se comunicaba con Cruz a través de mensajes de texto y llamadas telefónicas, y que a finales del año pasado se conocieron en una página de Instagram para jóvenes que se hacían daño a sí mismos o que consideraban cometer suicidio.
La adolescente, ahora de 14 años, le dijo a Cruz que tenía dos años más de los que en realidad tenía, dijo el viernes la madre de la jovencita en una entrevista telefónica, en tanto Cruz le dijo a su vez que tenía dos años menos de los que de verdad tenía. La adolescente dijo que nunca supo el apellido de Nikolas y tampoco se conocieron en persona. El Miami Herald no reveló la identidad de la chica, ya que es menor de edad.
Hay poca evidencia de que Cruz haya sido abusado o golpeado en la secundaria, aunque muchos estudiantes y adultos le temían a su extraño comportamiento y, a veces, violenta conducta. Se cree que Cruz provocó una pelea en la secundaria debido a un triángulo amoroso. En 2017 dejó la escuela para asistir a un centro alternativo de enseñanza.
La madre de la niña declaró que se quedó estupefacta cuando los detectives la llamaron después de la masacre para decirle que, de acuerdo con archivos telefónicos, su hija se había estado comunicando frecuentemente con Cruz, quien también habló con otro amigo de la adolescente, que, según dijo, en ocasiones hacía el papel de consejero informal de otros adolescentes por Internet. Las llamadas y textos con Cruz se detuvieron semanas antes del mortal ataque, dijo la madre.
“Yo diría que los textos eran bastante normales”, agregó la madre, quien los leyó en el celular de su hija tras hablar con la policía. “Pero ha sido algo muy traumatizante para mi hija después que se enteró de lo que él hizo. Ella creía que era un muchacho decente. Ella habría dicho algo si hubiese sabido que todos esos estudiantes estaban en peligro”.
“Pensé que lo conocía bien”, dijo la muchacha en una entrevista con el Herald, diciendo luego que Cruz hablaba de “salir a disparar” de forma recreacional, pero que nunca expresó el deseo de hacerle daño a nadie.
La chica dijo que Cruz cortó el contacto con ella unas dos semanas antes de la matanza.
“No parecía el mismo de antes”, dijo.
La semana pasada, la Fiscalía Estatal del Condado Broward dio a conocer la transcripción de las declaraciones que hizo la muchacha a la policía el 3 de marzo. Cruz está acusado de 17 cargos de homicidio en primer grado y enfrenta la pena de muerte. En la actualidad con 20 años, Cruz expresó la furia que sentía contra la secundaria Stoneman Douglas en una serie de atroces videos grabados con teléfono celular antes del ataque.
“Con el poder de mi AR-15 todos ustedes van a saber quién soy”, dijo Cruz en un video que los fiscales dieron a conocer en mayo.
“Hoy es el día, el día en que empieza todo. El día de mi masacre va a comenzar”, dijo también Cruz.
“Todos los muchachos de la escuela van a correr aterrorizados y se van a esconder. Gracias al poder de mi rabia van a saber quién soy”.
Las declaraciones de otros testigos que se dieron a conocer el viernes parecen coincidir con el retrato de un joven airado y violento.
Agustin Felman, estudiante de Stoneman Douglas, le declaró a la policía que en una ocasión Cruz dijo que “quería matar negros”. Kevin Fanti, empleado de una armería que vendió a Cruz un fusil AK-47, dijo que después vio a Cruz con una esvástica dibujada en la muñeca con un plumón Sharpie. Otro estudiante, Michael Garvey, dijo que Cruz le enseñó un “caja de almuerzo llena de balas”.
“Nos ponía nerviosos a todos”, dijo Marni Garvey, madre de Michael.
“Era como el doctor Jekyll y el señor Hyde”, dijo un antiguo vecino, Paul Gold.
“Era muy agradable y educado, pero de repente, empezaba a romper cosas y a gritar tapándose las orejas y chillando”.
Aunque la policía, funcionarios de la escuela y hasta el FBI estaban al tanto del perturbador comportamiento de Cruz, las autoridades no pudieron evitar la tragedia. Cruz regresó a Stoneman Douglas, donde ya no estudiaba, el primer día de clases, en agosto de 2017, lo que causó que se llamara a seguridad, dijo una maestra a los detectives.
En la siguiente ocasión que Cruz volvió a la escuela, llegó armado.
“Hubo muchas oportunidades de pararlo y de evitar que cometiera la masacre”, dijo la madre de la chica de Washington.
“Se podía ver que algo andaba mal con él”.