Una investigación de científicos australianos confirma que pese a encontrarse a miles de kilómetros de distancia, entre las rocas de la isla de Tasmania (Australia) y las del Gran Cañón de Arizona (EE.UU.) hubo una antigua conexión geológica. El estudio en cuestión fue publicado en la revista Geology.
Según resume el portal Phys.org, este hecho tuvo lugar durante la existencia del supercontinente Rodinia hace 1.100 millones de años, cuya configuración ha sido objeto de debate en el mundo científico durante más de dos décadas. El equipo liderado por el investigador Jacob Mulder encontró una extraña similitud entre las rocas sedimentarias del llamado Rocky Cape Group de Tasmania y las del Unkar Group, que se ubican en el Gran Cañón, en el suroeste de EE.UU.
Las rocas de Tasmania habían desconcertado a los científicos debido a que «no se parecían mucho a las del Mesoproterozoico cercanas en Australia», señaló Mulder. Por eso, el equipo decidió analizar los granos del mineral circón, que constituye una pequeña proporción de las mismas, para entender de dónde provenían.
Como resultado, los investigadores establecieron que «las rocas del Gran Cañón no solo tienen un aspecto similar a las de Tasmania y tienen la misma edad», sino que «los circones detríticos en las rocas sedimentarias del Gran Cañón también comparten la misma huella geoquímica que los circones en las secuencias mesoproterozoicas de Tasmania», afirmó el autor del estudio.
«Juntas, estas diferentes líneas de evidencia respaldan la interpretación de que las rocas sedimentarias de Tasmania formaron parte del mismo sistema de cuencas mesoproterozoicas que ahora están expuestas en el Gran Cañón», indicó Mulder. «Concluimos que, aunque ahora está en el lado opuesto del planeta, Tasmania debió estar unida al oeste de EE.UU. en el Mesoproterozoico», agregó.
Según el científico, el estudio es importante para entender la configuración de Rodinia, ya que «parece haber dejado al descubierto secretos de este supercontinente que han permanecido en el misterio durante décadas».