Cuéntale al neurólogo que no duermes bien

Cuéntale al neurólogo que no duermes bien

Cuando el sueño falla no solo tenemos más desgaste energético, sino que también aumentan las posibilidades de sufrir enfermedades crónicas como diabetes u obesidad.

Dormir poco o mal es sinónimo de pasar un mal día. Todos sabemos que no descansar lo suficiente provoca alteraciones en nuestro sistema nervioso (por eso saltamos a la primera) y debilita nuestras defensas haciéndonos más vulnerables a los virus. Nos preocupa tanto que precisamente es el problema de salud más buscado en internet por los españoles.

Y es que si hay algo que nos quita el sueño es, valga la redundancia, la falta de sueño. Y no nos falta razón, ya que diversas investigaciones vinculan el insomnio con el aumento de peso, el envejecimiento prematuro, la diabetes e incluso aseguran que dormir mal eleva el riesgo de padecer cáncer o sufrir un paro cardíaco.

Además, también se genera un efecto muy perjudicial en nuestro cerebro. De ahí que los trastornos del sueño se relacionen con la demencia, y sean muy frecuentes en la enfermedad de Parkinson, hasta el punto de que, en ocasiones, son el primer síntoma de la enfermedad y aparecen incluso antes de los síntomas motores típicos.

“Se estima que del 60 al 98 por ciento de los enfermos de Parkinson presentan trastornos del sueño, especialmente en fases avanzadas de la enfermedad, lo que supone un porcentaje muy superior al de la población general”, apunta la neuróloga Marta Blázquez.

Cuéntale al neurólogo que no duermes bien

De hecho, dentro de los “síntomas no motores” de la enfermedad de Parkinson se encuentran los trastornos del sueño y pueden aparecer desde etapas iniciales de la enfermedad, pudiendo llegar a repercutir de manera importante en el rendimiento diurno y calidad de vida de estos pacientes.

Y es que nuestro cerebro necesita dormir para ‘limpiarse’. El momento de dormir es el periodo de tiempo durante el cual la eliminación de sustancias metabólicas, que acumulamos cuando estamos despiertos, es más eficiente.

Por otro lado, entre los síntomas motores de la enfermedad de Parkinson, se encuentran:

  • Los temblores en reposo,
  • La lentitud de movimientos,
  • La rigidez muscular en extremidades y
  • Las alteraciones de la marcha.

En fases iniciales de la enfermedad estos síntomas responden favorablemente al tratamiento sintomático y, además, de manera estable a lo largo del día, pero “a medida que la enfermedad va evolucionando pueden aparecer otros síntomas como inestabilidad postural, dificultad para tragar o alteraciones cognitivas, que no responden de la misma manera al tratamiento farmacológico convencional, pudiendo aparecer fluctuaciones a lo largo del día y es en esa fase cuando consideramos que la enfermedad de Parkinson se encuentra en un estadio avanzado”, explica la doctora Blázquez.

Según explica la neuróloga del Hospital Universitario Central de Asturias:

“la elección de un tratamiento para los trastornos del sueño va a depender del tipo de trastorno y de la causa o causas que lo originan, por ello es importante identificarlas de manera individualizada antes de instaurar un tratamiento concreto”.

Por todo esto, los expertos aconsejan acudir al neurólogo ante episodios reiterados de insomnio o si tienes patrones irregulares del sueño acompañados de bajones anímicos, apatía o depresión.

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