El asesino del legendario cantante John Lennon, Mark David Chapman, ha afirmado que aunque no se sintió avergonzado el día en que mató al músico, ahora siente «más y más vergüenza» por su crimen.
«Hace 30 años no podía decir que me sintiera avergonzado y ahora sé lo que es la vergüenza», contó Chapman en agosto durante una audiencia de solicitud de libertad condicional. La que fue negada.
La comisión del tribunal de evaluación justicó la decisión alegando que la liberación no solo podría atenuar la gravedad del crimen de Chapman, sino que también podría representar un peligro para la seguridad pública, ya que alguien podía intentar lastimarle por venganza o para ganar fama, misma razón que llevó a Champan en la noche del 8 de diciembre de 1980 a la entrada del edificio donde vivía el artista en Nueva York, a asesinar a Lennon.
Durante la audiencia, el hombre contó que experimentó una lucha interna sobre si seguir adelante o no con su plan de asesinato después de que Lennon le tratara de forma «increíble» cuando le dio su autógrafo, pero reconoció que «estaba metido demasiado dentro».