Olvidémonos de los hackers y de la ciberguerra, el aumento del nivel del mar podría ser la mayor amenaza para la red Internet. El cambio climático y su efecto sobre los niveles del mar podrían causar problemas a miles de usuarios de Internet y esto podría suceder muy pronto, dentro de las próximas dos décadas, según han advertido un equipo de investigadores de la Universidad de Wisconsin-Madison (EE. UU.) en un nuevo estudio.
Los expertos han revelado que gran parte de la infraestructura de Internet puede estar cubierta por el aumento del nivel del mar en los próximos 15 años. Para llegar a esta conclusión, los investigadores mapearon la infraestructura de Internet en Estados Unidos y la superpusieron sobre mapas que muestran el aumento proyectado en el nivel del mar.
El estudio, que es el primero en evaluar el riesgo planteado por el cambio climático de cara a Internet, combinó las proyecciones de las incursiones en el nivel del mar de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) con datos del Atlas de Internet, un mapa global completo de la estructura física de Internet de Estados Unidos, señalan medios de prensa.
Descubrieron que ya, dentro de 15 años, miles de kilómetros de cable de fibra óptica y cientos de otras infraestructuras clave de Internet corren el riesgo de acabar sumergidas por el océano. Algunas de las infraestructuras son resistentes al agua, pero otras fueron diseñadas con fines terrestres. No están preparadas para funcionar bajo el agua.
«La mayor parte del daño que se va a hacer en los próximos 100 años se hará más temprano que tarde», dijo Paul Barford, líder del trabajo. «Eso nos sorprendió. La expectativa era que tendríamos 50 años para planearlo. No tenemos 50 años».
Al parecer, el riesgo es mayor para la infraestructura de Internet en lo que respecta a Estados Unidos, en Nueva York, Seattle y Miami, donde el agua podría aumentar hasta 30 centímetros de aquí a 2030.
Efecto dominó en las comunicaciones globales
Los investigadores también han expuesto que los efectos no se limitarían a estas áreas. Las consecuencias también se propagarían a través de Internet y potencialmente interrumpirían las comunicaciones globales.
Para el año 2033, más de 6.000 kilómetros de conductos de fibra enterrada podrían inundarse bajo el agua y más de 1.100 puntos de tráfico podrían estar rodeados de agua.
Y es que gran parte de la infraestructura está enterrada y sigue los derechos de paso establecidos, habitualmente autopistas y caminos paralelos a la costa. Está claro que cuando se planificó y construyó esta estructura hace 20 o 25 años, no se tuvo en cuenta el cambio climático.
Está claro que el riesgo es inminente y ya pudimos ver indicios de los problemas que están por llegar en las desastrosas mareas e inundaciones que acompañaron a los huracanes Sandy (en 2012) y Katrina (en 2005), que afectaron considerablemente a las infraestructuras de telecomunicaciones.
Barford aclara que sus hallazgos representan una gran amenaza para la administración y las operaciones de los sistemas de comunicación y, que por tanto, se deben tomar medidas para hacer frente a esta amenaza.