Un estudio con participación española, que secuenció el genoma del oso de las cavernas (Ursus spelaeus), revela que parte de su ADN ha sobrevivido en el oso pardo actual. Ahora, un equipo internacional de científicos, dirigido por la Universidad de Potsdam (Alemania), demostró que la extinción de una especie no tiene por qué ser definitiva, o al menos no tiene que ser completa.
“El artículo señala que parte del genoma del oso cavernario permanece en el oso pardo actual como resultado de la hibridación de ambas especies en la antigüedad. De este modo, una especie como esta no está completamente extinta, pues su genoma permanece, al menos en parte, en los osos actuales”, explica a Sinc Aurora María Grandal D’Anglade, investigadora de la Universidade da Coruña y coautora del estudio.
En el trabajo participaron, además, otras dos investigadoras españolas: Ana García-Vázquez, también de la Universidad da Coruña y Gloria González-Fortes, que labora en la Universidad de Ferrara (Italia).
Los científicos estudiaron el genoma del oso de las cavernas extinto, pariente cercano del oso pardo y del oso polar.
El estudio, publicado en la revista Nature Ecology & Evolution, se llevó a cabo a partir del genoma completo de cuatro osos pardos de diferentes regiones de Europa, desde España hasta el Cáucaso.
Para los científicos, “claramente, los osos pardos y de las cavernas produjeron ocasionalmente descendientes comunes, los llamados híbridos, hace al menos 25.000 años, y estos híbridos también deben haber sido fértiles, de modo que el material genético del oso de las cavernas llega a la reserva genética del oso pardo y se ha conservado allí hasta el día de hoy”.
“Nuestra participación ha sido la selección y estudio de los ejemplares de la península ibérica, tanto oso pardo cantábrico actual como oso cavernario fósil, concretamente procedente de Cova Eirós (Triacastela, Galicia), de unos 35.000 años de edad”, añadió Grandal D’Anglade.
De manera individual los osos pardos actuales solo poseen entre el 1% y 2% del genoma del oso de las cavernas, ya que los diferentes osos pardos tienen diferentes áreas del genoma del oso de las cavernas. Sin embargo, globalmente una parte significativa del genoma cavernario todavía podría estar presente en los osos pardos actuales.
“Los resultados muestran que las especies que ya están extintas a nivel genético pueden seguir participando en la evolución durante decenas de miles de años”, concluyen.