Casi un año antes de la masacre que Nikolas Cruz perpetró en la secundaria Marjory Stoneman Douglas, de Parkland, una estudiante le advirtió a funcionarios escolares que había escuchado a Cruz hablar de llevar a cabo una matanza en la escuela, según una declaración jurada que le hizo a la policía una adolescente.
Debido a esa advertencia, dijo la chica en su declaración jurada, Cruz fue “expulsado” del recinto estudiantil.
De ser cierta la declaración, el documento se agregaría a una lista que, según dicen los críticos, aporta una serie de indicios de advertencia que pasaron por alto —o manejaron mal— el Distrito Escolar del Condado Broward, las autoridades y profesionales de la salud mental, quienes tuvieron perturbadores encuentros con el asesino de Parkland, revelan medios de prensa.
Tras mencionar preocupaciones de privacidad, el Distrito Escolar no quiso comentar sobre la declaración de la estudiante, que se incluyó en un voluminoso archivo de documentos públicos que dio a conocer la Oficina de la Fiscalía del Condado Broward.
“Nuestra oficina no puede dar ninguna información sobre la investigación, toda vez que ello está contemplado bajo las reglas que protegen la información y los archivos de los estudiantes”, escribió en un correo electrónico la portavoz Tracy Clark.
En el momento de la tragedia, Cruz ya no era alumno de la Secundaria Stoneman Douglas, y no había sido expulsado, sino trasladado a un centro escolar alternativo. Cruz se apareció en su antigua escuela la tarde del 14 de febrero de 2018, con un fusil semiautomático AR-15 y asesinó a mansalva a 17 estudiantes y maestros dentro del edificio.
La muchacha que interrogó la policía es una excondiscípula de Cruz, acusado de matar a 17 personas y tratar de matar a 17 más. Es la peor masacre en una escuela en toda la historia de la Florida.
La joven dijo que conoció a Cruz cuando este trataba de comprar un arma en una tienda Walmart cerca de la secundaria. Con ellos, dijo, estaba su novio. Cruz y su novio comenzaron a hablar mientras ella miraba y escuchaba subrepticiamente la conversación, dijo la joven, que tenía 17 años en el momento del interrogatorio con la policía.
Cruz parecía estar nervioso, dijo, tenía hojas en el cabello y no paraba de mirar a un lado y al otro. La muchacha dijo a los investigadores que logró escuchar cuando Cruz dijo que trataba de encontrar algo que había comprado y que se suponía le habían dejado en el estacionamiento de la tienda. Su novio confirmó posteriormente esta afirmación, y le contó a la chica que Cruz, quien acababa de cumplir 18 años, le dijo que se había puesto de acuerdo para comprarle un arma a alguien que luego se la dejaría escondida en unos arbustos.
La joven dijo a los investigadores que su novio y Cruz en realidad nunca salieron juntos ni eran amigos, pero hablaban de vez en cuando y que Cruz confiaba en él. Unas tres semanas después del incidente de Walmart, Cruz le dijo a su novio que quería tirotear la escuela.
“No vayas a la escuela mañana porque mañana será el día”, declaró la joven que Cruz le dijo a su novio.
El novio le contó la amenaza a la administración de la escuela, que tomó medidas, le dijo la chica a los investigadores.
Tras ser entrevistado por el Herald, Anthony Dubois, el padre del novio de la muchacha, dijo que la chica había mezclado y confundido algunos detalles. Dubois dijo que fue su otro hijo —el hermano menor del novio de la chica— quien advirtió a la escuela sobre Cruz. Dubois le dijo al Herald que cuando Cruz conoció y se presentó al segundo hermano, enseguida le dijo que estaba loco y que quería hacerle daño a la gente.
Dubois dijo que su hijo menor le reportó el comportamiento de Cruz a la administración de la escuela, pero le dijeron que “ya se habían tomado medidas contra él y que no se preocupara”. El padre dijo que pensaba que el Distrito Escolar del Condado Broward debió haber tomado con una mayor seriedad la amenaza.
Dubois dijo que los investigadores de la policía le tomaron declaración al hermano menor después de la masacre.
Fred Guttenberg, cuya hija de 14 años, Jaime, fue una de las víctimas de la matanza, dijo que no había escuchado detalles concretos de la última revelación sobre la tragedia, pero que todo parecía ser consistente con otros indicios de advertencia en torno a Cruz.
“Es algo increíble, no sé qué más puedo decir”, expresó Guttenberg. “Siempre he dicho que es un acto de violencia que pudo haberse prevenido. Cada vez que se analiza una etapa, un paso que alguien dio, se detecta un fallo”.