Roger Federer dio a Nick Kyrgios una clase magistral de tenis, al derrotarlo por 6-4, 6-1 y 7-5 y pasar el fin de semana a la fase de octavos de final del Abierto de Estados Unidos.

Como los tres encuentros previos de ambos tenistas habían requerido un “tiebreak” en el tercer set para definir un ganador, un abarrotado estadio Arthur Ashe esperaba mucho drama, pero en cambio fue testigo de una nueva victoria de Federer contra el impredecible australiano.

El partido no solo fue un contraste de estilos, sino también de temperamentos. Al mostrarse tranquilo y en control de la situación, los seguidores de Federer siempre pueden contar con que el suizo dará lo mejor cada vez que pisa una pista, pecisa la agencia noticiosa Reuters.

Por su parte, Kyrgios es una bomba de relojería a punto de explotar, lleno de potencia y furia un momento, y desinterés al siguiente.

El partido tuvo un inicio prometedor cuando ningún jugador lograba obtener una ventaja, pero el marcador enseguida se inclinó a favor de Federer, cuando Kyrgios no pudo convertir ninguna de las cuatro posibilidades de rotura.

Aunque Federer suele estar muy enfocado, y Kyrgios es conocido por ser un “showman”, los roles se invirtieron en el tercer set cuando el suizo realizó un tiro de fantasía que dejó al australiano con los ojos y la boca abiertos.