Grandes grupos de migrantes están comenzando a llegar a la ciudad fronteriza de Tijuana, caminaron a través de México y esperan buscar asilo en los Estados Unidos.
El viaje de más de un mes provocó la ira del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y estimuló la decisión de desplegar miles de soldados a la frontera.
Y está lejos de terminar.
Cruzar la frontera legalmente aún podría llevarles semanas, si no más, debido a los cuellos de botella en los puertos de entrada que, según las autoridades de EE. UU., ya están en capacidad y no pueden procesarlos más rápido.
Los defensores advierten que la espera prolongada representa un grave riesgo para los migrantes que buscan seguridad y no representan una amenaza. Los funcionarios de las ciudades fronterizas de México se han preocupado de cómo manejarán la afluencia.