Muerte del último glaciar de España

Muerte del último glaciar de España

De los Andes a los Alpes, del Himalaya a la Antártida, la inmensa mayoría de los glaciares de la Tierra se derriten a una velocidad sin precedentes desde que hay registros, un fenómeno relacionado con el cambio climático.

El proceso es especialmente intenso en los Pirineos, donde el problema ya no es tanto el retroceso de los hielos, sino su extinción. Treinta y tres de los 52 glaciares que había en 1850 han desaparecido, la mayoría de ellos después de 1980.

Desde la cima del Monte Perdido (3.335 metros) se divisa el cadáver más reciente: un precioso lago color turquesa que fue un pequeño glaciar hasta finales de los 90, subraya un amplio artículo del diario El País.

Ignacio López-Moreno es un geógrafo zaragozano, una especie de “cirujano” al que se le muere el paciente sin poder hacer nada para salvarlo. Desde 2011, su equipo del Instituto Pirenaico de Ecología (CSIC) analiza detalladamente el glaciar de Monte Perdido, el más grande del Pirineo español, junto al de Maladeta, y el mejor estudiado. Ninguna otra alta cordillera española alberga ya glaciares. Estos son los últimos de España.

“Estos glaciares, los más meridionales de Europa, están en unas condiciones muy límite, y todo apunta a que serán los primeros en desaparecer”, explica López-Moreno.

Muerte del último glaciar de España

Estudiarlos es “muy importante para ver cómo se comportan en estas fases finales, hasta qué punto se acelera o se puede ralentizar, y es un ejemplo para muchas otras montañas que dentro de pocas décadas se van a enfrentar a esta situación”, resalta el investigador.

“La temperatura media ha subido 1,5 grados. Para mucha gente puede parecer poco, pero cuando se habla del cambio climático a escala planetaria el incremento ha sido de 0,7 grados, por lo que el Pirineo se está calentando al doble de velocidad que el conjunto del planeta”, señala López-Moreno.

La medida más detallada del retroceso del glaciar la aporta el escáner láser terrestre, una máquina que lanza más de un millón de puntos de luz al glaciar y construye un mapa topográfico con una resolución centimétrica.

“Este es el glaciar del mundo que más se ha estudiado con esta tecnología”, explica Esteban Alonso-González, el miembro del equipo que se encarga del escaneo cada año.

“Nosotros tenemos una serie ininterrumpida desde 2011, y con varias campañas también en primavera para medir también los máximos de acumulación de nieve”, detalla.

Después de 2017, que fue el peor año de la serie, este ha habido muy poca pérdida o alguna ganancia, pero la tendencia general es de declive. En general el Monte Perdido retrocede un metro al año. Esto se suma a las medidas anteriores, usando otras técnicas, que muestran una pérdida global de unos 50 metros de 1980 a 2010.

“Si asumimos que continúa pasando lo de los últimos años, en 20 o 30 una gran parte desaparecerá completamente.” (…) para las próximas generaciones, la única forma de ver un glaciar en España será en fotos, refiere con pesar.

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