Poco se habla de la “caravana” de migrantes de Madrid

Poco se habla de la caravana de migrantes de Madrid

Madrid también tiene su caravana de migrantes. Se cuelan a cuentagotas entre los 17 millones de viajeros internacionales que llegan cada mes al aeropuerto Adolfo Suárez en Barajas.

Vienen de distintas partes del mundo pero todos alegan haber huido para sobrevivir a la guerra, la violencia social o un gobierno autoritario.

Los afortunados que logran pasar como turistas por los controles migratorios se apresuran a la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de Madrid, que funciona en la Comisaría de la Policía Nacional de Aluche, para solicitar el asilo político.

Pero en la fría calle madrileña se topan con otros muros, esta vez invisibles, que les impiden comenzar una nueva vida.

La aparición de un reportaje en el diario El País sobre la larga espera a la intemperie de los solicitantes a asilo llamó la atención de las cámaras de televisión y eso al parecer no gustó a las autoridades, quienes han persuadido a los recién llegados a esperar en otro lugar.

Los que se vieron obligados a desalojar los alrededores de la comisaria y del Centro de Internamiento de Extranjeros en situación irregular (CIE) de Aluche criticaron el tono de los funcionarios.

“Retírense. No lo volvemos a decir”, dijo un Policía Nacional a los que habían decidido esperar en Aluche hasta ser atendidos aunque ya los funcionarios habían repartido los 80 números de correspondía a las solicitudes del jueves y otros 80 para el viernes.

Poco se habla de la caravana de migrantes de Madrid

Una de las personas que consiguió un número para la entrevista de asilo fue Patricia, una maestra de 32 años, proveniente de Masaya, localidad nicaragüense sacudida por la represión ordenada por el gobierno de Daniel Ortega a las protestas de la sociedad civil, que ha dejado al menos 500 muertos según estimaciones de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANDPH).

“Temo por mi vida. Si no me otorgan el asilo no sé lo que haré. A Nicaragua no puedo volver”, dijo.

Al resto y a los que lleguen durante el fin de semana no les quedará otra opción que esperar hasta el lunes para ver si salen favorecidos en la nueva tanda que sólo les garantiza completar el primer paso de la solicitud.

En el momento de ser atendidos sólo llenarán una planilla con sus datos personales y se les dará una cita para una primera entrevista.

Hasta hace poco las solicitudes de asilo se podían hacer en cualquier comisaría de la Policía Nacional y las citas para la primera entrevista se realizaban de manera telefónica, dijo Danny Lozada, un venezolano que hizo la solicitud en 2016 y quien va a diario a repartir café y dar aliento a los migrantes.

Pero algunos venezolanos aprovecharon la situación y realizaban la cita telefónica sin haber salido de su país, lo que obligó a las autoridades españolas a exigir que los solicitantes deben hacerlo de manera presencial.

Si las cosas siguen como van, los que logren cumplir la primera etapa del proceso esta semana serán atendidos aproximadamente a finales de diciembre de 2018 y luego obtendrían una tarjeta provisional de solicitante de protección para mayo de 2019.

Obtener la llamada “tarjeta roja” no es equivalente a obtener el asilo. Es sólo una documentación que permite tener acceso a algunos servicios sociales para refugiados mientras se decide la solicitud.

El permiso de trabajo vendría mucho después, aproximadamente en diciembre de 2019, luego de renovar por primera vez la tarjeta roja, explicó Lozada.

Faltan 42.000

La Comisión de Ayuda al Refugiado (Cear) ha advertido que después de solicitar asilo hay que esperar unos 14 meses para obtener una respuesta y que en la mayoría de los casos son denegados.

Unas 70 millones de personas se han visto forzados a desplazarse por culpa de conflictos bélicos y violaciones a los derechos humanos a nivel mundial.

https://es.noticias.yahoo.com

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