Dentro de 200 o 250 millones de años, nuestro planeta tendrá un aspecto totalmente distinto de lo que es hoy en día, al juntarse todos los continentes actuales en un nuevo «supercontinente».
En un artículo publicado en The Conversation, los investigadores Mattias Green (Universidad de Bangor, Reino Unido) y Hannah Sophia Davies y Joao C. Duarte (Universidad de Lisboa, Portugal) detallan cómo sería este proceso. De entrada, los expertos explican que las placas tectónica que conforman la corteza de la Tierra están en constante movimiento, desplazándose a velocidades de unos pocos centímetros por año. Esto hace que de vez en cuando, en términos geológicos, los continentes se junten en un supercontinente, que se mantiene unido durante unos centenares de millones de años antes de volver a dividirse. El último supercontinente, Pangea, se formó hace unos 310 millones de años y comenzó a separarse hace aproximadamene 180 millones de años. Se espera que el próximo se cree dentro de unos 200 o 250 millones de años. La ruptura de Pangea condujo a la formación del océano Atlántico, que aún se está abriendo y ampliando, mientras que el océano Pacífico se está cerrando y estrechando. Los autores del artículo recuerdan también que el Pacífico es el hogar de un anillo de zonas de subducción a lo largo de sus bordes (el Anillo de Fuego), mientras que el Atlántico solo tiene dos. Según los investigadores, existen cuatro escenarios fundamentales para la formación del próximo supercontinente:
Novopangea
Si se mantienen las condiciones actuales —con el Atlántico abriéndose y el Pacífico disminuyendo—, el próximo supercontinente se formará en la parte opuesta a la antigua Pangea, indican los expertos. Las Américas chocarán con la Antártida, que se habrá movido hacia el norte, y luego con las ya unidas África y Eurasia, para crear la denominada Novopangea, señalan medios especializados.
Pangea
Última Si la expansión del Atlántico se ralentiza y comienza a cerrarse, sus dos pequeños arcos de subducción podrían extenderse a lo largo de la costa este de las Américas, lo que llevaría a una recreación de Pangea. América, Europa y África volverían a unirse en un supercontinente por ahora llamado Pangea Última, que estaría rodeado por un superocéano Pacífico.
Aurica
Por otro lado, si en el Atlántico aparecieran nuevas zonas de subducción —algo que ya parece estar sucediendo—, ambos océanos podrían cerrarse, y se tendría que formar una nueva cuenca oceánica para reemplazarlos.
En este escenario, la grieta panasiática —que actualmente atraviesa Asia desde el oeste de la India hasta el Ártico— se abriría para formar ese nuevo océano. El resultado sería la formación del supercontinente Aurica, en cuyo centro estaría Australia, actualmente a la deriva hacia el norte.
Amasia
Finalmente, el cuarto escenario supone «un destino completamente diferente para la Tierra futura», apuntan los investigadores. En este sentido, destacan que varias de las placas tectónicas, incluidas
África y Australia, se están moviendo actualmente hacia el norte, proceso presuntamente impulsado por anomalías dejadas por Pangea en el manto terrestre. Entonces, se puede imaginar un escenario en el que todos los continentes, excepto la Antártida, sigan avanzando hacia el norte hasta unirse alrededor de ese Polo en un supercontinente al que se ha dado el hipotético nombre de Amasia.
¿Cuál escenario es el más probable? Los científicos estiman que el de Novopangea es el escenario más probable, por tratarse de una progresión lógica de las tendencias actuales, mientras que los otros tres casos implican la intervención de procesos adicionales.