Un día después de que se cumpliera un año de la desaparición del submarino argentino ARA San Juan, el Ministerio de Defensa y la Armada Argentina informaron «se ha dado identificación positiva» de la nave.
«Habiéndose investigado el punto de interés N°24 informado por Ocean Infinity, mediante la observación realizada con un ROV a 800 mts de profundidad, se ha dado identificación positiva al Ara San Juan», dijo la Armada en Twitter.
El 15 de noviembre de 2017, la Armada Argentina perdió comunicación con los 44 tripulantes a bordo del ARA San Juan, quienes cuatro días antes partieron rumbo a casa. Nunca regresaron. La búsqueda fue titánica. 4.000 hombres de 18 países, 28 buques y 9 aeronaves participaron de la misión.
Sin embargo, la esperanza se desvaneció días después cuando el jefe de prensa de la Fuerza Armada Argentina, capitán Enrique Balbi, informó que “se recibió la información de un evento anómalo, singular, corto, violento, no nuclear, consistente con una explosión”. Jésica Gopar, esposa de uno de los tripulantes, manifestó en su momento:
“Me acaban de decir que explotó un submarino y no sé si voy a tener una flor para llevarle a mi esposo al cementerio. No estuvo en el cumpleaños de su hijo. ¿Cómo le digo a su hijo que no va a tener nunca más a su papá?”.
Una semana después, cuando habían pasado 15 días de la desaparición, la Armada tuvo otro anuncio que quebró la esperanzas de los familiares: la etapa de rescate con vida de los tripulantes había llegado a su fin. Desde ese momento empezarían a buscar únicamente al submarino.
Búsqueda durante meses
La búsqueda del submarino se extendió durante varios meses después de que se perdiera el rastro el 15 de noviembre de 2017. A finales de ese mes, la Armada Argentina informó que había detectado un evento que coincidía con una explosión en la última posición conocida del submarino. Sin embargo, esa pista fue desestimada y, el 5 de diciembre, el ministro de Defensa de Argentina, Óscar Aguad, dijo que los tripulantes estaban muertos.
El 12 de diciembre el Gobierno argentino apartó a dos altos oficiales de la Armada tras la desaparición del ARA San Juan: al contralmirante Luis Enrique López Mazzeo, comandante de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada y del capitán de navío Claudio Villamide. Con todo, la Armada Argentina insistió en que continuará rastreando el lecho marino hasta agotar todos los medios y ha reiterado que acompañan a los familiares de los submarinistas y los mantienen al tanto de los más recientes acontecimientos.
El 25 de diciembre, la Armada informó sobre tres nuevos contactos en el área de búsqueda del submarino. Otros dos contactos fueron detectados a principios de enero por el ARA Sarandí a 500 y 700 metros de profundidad, respectivamente, agregó la Marina en la Gaceta Marinera. Desde ese momento, los contactos están siendo investigados.
Al otro día, el 27 de diciembre, la Marina reportó que el buque estadounidense Atlantis, que asistía en la búsqueda, abandonaba las labores. Sin embargo, el organismo aclaró que Estados Unidos continuará apoyando con personal experto en planeamiento y análisis de datos.
En febrero el Gobierno decidió ofrecer una recompensa millonaria por pistas sobre el submarino, pero la táctica no dio frutos y fue cancelada en julio de este año.
“No obstante el esfuerzo denodado del Estado nacional para coordinar y aunar las acciones tendientes a obtener información certera, precisa y veraz que permitieran determinar con precisión la ubicación del submarino ARA San Juan, la medida en ciernes no ha logrado cumplimentar su objetivo último”, dice la resolución 717 de 2018 publicada el 11 de julio en el Boletín Oficial de Argentina.
A partir del 15 de mayo de 2018, los familiares de los 44 tripulantes tenían 2 años y medio para decidir si inician los trámites para recibir una pensión por presunción de fallecimiento.
Con el transcurso de los meses, la ayuda internacional se fue apagando. Y el 2 de abril se retiró el último buque no argentino, el ruso Yantar. Desde entonces, los familiares de los 44 tripulantes comenzaron una ardua lucha para que la búsqueda continuara.
Lo lograron cinco meses después. El Estado argentino contrató a la empresa Ocean Infinity y el 7 de septiembre se retomó la búsqueda. Ahí volvió a encenderse la esperanza de encontrar al submarino desaparecido.