Elena Manaenkova, secretaria general adjunta de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), subrayó que 2018 se perfila como uno de los años más calurosos de la historia, con récords de temperatura en muchos países.
Esto no es una sorpresa. Las olas de calor y el calor extremo que estamos experimentando son consistentes con lo que esperamos como resultado del cambio climático causado por las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto no es un escenario futuro, está sucediendo ahora”, dijo.
La Organización Mundial de la Salud indicó que la exposición excesiva al calor tiene una amplia variedad de efectos fisiológicos en los seres humanos que pueden resultar en muertes prematuras e incapacidad.
La excesiva exposición al calor durante periodos prolongados del día y la noche puede producir insuficiencias cardiovasculares, respiratorias y renales, además de diabetes.
Los grupos de población más vulnerables son las personas mayores, los niños, las mujeres embarazadas, los obreros que trabajan al aire libre y los pobres.
Algunos ejemplos son ilustrativos de lo que está sucediendo:
Irlanda registró olas de calor sinópticas (cinco días consecutivos o más con una temperatura máxima superior a 25 grados) en 15 estaciones y una sequía absoluta en todas sus estaciones.
Reino Unido registró su primer semestre de verano más seco, con solo 47 mm de precipitación del primero de junio al 16 de julio últimos.
Armenia vio una ola de calor del 29 de junio al 12 de julio. La temperatura promedio del aire diario fue de 4 a 7 grados por encima de lo normal y de hasta 9 en algunas regiones. También se observó una nueva temperatura récord de 42,6 grados en Areni el 12 de julio.
Los episodios de calor extremo, precipitaciones y sequías están aumentando como resultado del cambio climático.
Muchos estudios recientes han encontrado que la probabilidad de estos eventos extremos son influencia de la actividad humana, ya sea directa o indirectamente.