Niño se suicida tras decir en el colegio que era gay

Niño se suicida tras decir en el colegio que era gay

Jamel Myles, de nueve años de edad, residente de Denver, Colorado, le contó a su madre, Leia Pierce, durante sus vacaciones que era gay. Iban en el carro y el niño tímido y con aprensión hizo la confesión a lo que la madre contestó “siempre te voy a amar”.

La respuesta a su declaración, sin embargo, no iba a ser tan bien recibida por sus compañeros de clase. Cuatro días después de contarlo, el menor se suicidó, refiere un reporte emitido este martes por Univisión.

Niño se suicida tras decir en el colegio que era gay

Mientras la Policía investiga la muerte de Myles, su madre ha entregado detalles a los medios locales, a los que ha narrado cómo el niño pensó que era una buena idea decirles a sus compañeros que era gay, porque se “sentía orgulloso de sí mismo”. Sin embargo, según le ha contado a la madre su hija mayor, al niño empezaron a agredirlo y a decirle que era mejor que se matara. “Lamento mucho que mi hijo no haya acudido a mí”, ha dicho entre lágrimas la madre a la cadena ABC.

En una carta enviada por el Denver Public School a los familiares de Jamel Myles se puede ver cómo la escuela ha dispuesto todos sus servicios de ayuda para asistirlos ante esta pérdida.

“Deberíamos rendir cuentas por la intimidación. Creo que el niño debería hacerlo porque el niño sabe que está mal. El niño no querría que alguien se lo hiciera. Creo que los padres deben ser responsables porque obviamente los padres están enseñando que sean así o que los traten así “, ha dicho la madre que justamente ha querido hacer público su dolor con la intención de visibilizar la compleja realidad que viven los niños en Estados Unidos que son acosados en sus escuelas.

Según una encuesta nacional de salud, realizada en 2015 en 25 condados de Estados Unidos, entre estudiantes de noveno y doceavogrados, los niños que se consideran a sí mismos gays, lesbianas o transgéneros son víctimas mucho más frecuentes del bullying y la violencia sexual que sus pares heterosexuales. También tienen más conductas autodestructivas, se sienten más solos y su salud en general es más pobre. Casi la mitad ha pensado seriamente en suicidarse, tres veces más que el resto de sus compañeros.

“La intimidación anti-LGBTQ y el acoso tienen consecuencias graves y desgarradoras para los jóvenes y estos números lo muestran más claro que nunca. Todos debemos hacer más para acabar con el estigma”, expresó en su momento Mary Beth Maxwell de la Fundación The Human Rights Campaign.

La noticia de la muerte de Jamel Myles se suma a otro caso de buylling ocurrido en Olympia, Washington, en el que el pequeño Carter English, de seis años de edad, terminó en la clínica y tuvo que ser operado de uno de sus ojos, después de ser golpeado con piedras y palos en el complejo de apartamentos donde vivía. El niño terminó metido en la trifulca una vez que intentó defender a otro compañero al que estaban molestando.

En este caso puntual, la Policía ha identificado al niño de cinco años que inició el ataque y hasta ahora ha desestimado presentar cargos por su edad.

Parte de la definición de bullying o intimidación dado por CDC dice que se trata de un comportamiento agresivo real o percibido, que se repite. Puede incluir amenazas, rumores, ataques físicos o verbales, exclusión de grupos sociales. Puede darse tanto en persona como mediante tecnología.

Este tipo de intimidaciones, explican, produce efectos “duraderos y negativos en la salud mental y el bienestar general de los menores”, tanto en los acosados como en los acosadores.

“Los efectos pueden incluir depresión, ansiedad, violencia para ellos mismos o para otros (…), puede existir violencia sexual, el abuso de sustancias, ausencias en clase y rendimiento escolar deficiente”, explican.

Todos estos efectos producen un aumento del riesgo de comportamiento relacionado con el suicidio.

“Los jóvenes que intimidan y que son intimidados tienen el mayor riesgo de suicidio”, dicen los CDC.

Aunque aclaran que el comportamiento relacionado con el suicidio suele ser complejo y no deberse “a una sola fuente de trauma o estrés”, las personas con pensamientos suicidas sienten por lo general “desamparo y desesperanza” y el bullying incrementa ese tipo de sentimientos.

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