Algunos achacan la mala racha del Heat a los uniformes oscuros de Miami Vice, otros a las lesiones, otros al entrenador Erik Spoelstra, otros a que están perdiendo a propósito, otros a que no estaba Dwyane Wade y otros a la falta de talento.
Tal vez todos tengan algo de razón y, además de la disconformidad, se nota cierto desespero después de haber jugado apenas 16 juegos de los 82 de la temporada.
Evidentemente el equipo está jugando mal, pero lo peor es que después de 10 derrotas la dirección del equipo desconozca la causa, subraya un comentario de El Nuevo Herald.
No todo son pérdidas de balón, mala ejecución o falta de intensidad y ante los Lakers se pudo apreciar claramente una de sus carencias.
LeBron James, a sus 33 años, le anotó 51 puntos en la victoria 113-97 de este domingo en el American Airlines Arena. Ningún miembro del Heat pudo pararlo debido a una razón muy simple: ninguno de sus marcadores tenía la talla.
Y no porque no fueran buenos defensores, sino porque le faltaban centímetros. James se apoyó en su tiro en suspensión para derribar a Miami. Le bastó con dar un paso atrás y elevarse para tirar completamente solo, sin marca.
Eso no lo hubiese podido hacer, al menos no con tanta facilidad, ante Kevin Durant, Kawhi Leonard, y algunos delanteros más con 6.8’ o más.
Justise Winslow (6.7’) hizo lo que pudo, pero le bastaba una pantalla para quedarse frente a un jugador de menor estatura, aprovechando la alineación pequeña del Heat. Una vez frente a él lo mismo tiraba de lejos que penetraba sin apenas oposición con un Hassan Whiteside ausente.
Todo el Heat lo sabía y no se impidió. Bastaba con ponerle encima a Bam Adebayo (aunque una vez anotara un triple frente a él) para que se graduase y de paso hacer que el juego de Miami fuese menos predecible.
Lo peor no es eso, sino que se diga que eso solo lo hace LeBron y esta situación vuelva a repetirse con otros grandes jugadores en su puesto. James puede hacer 30, como a Cleveland, pero no 50 a un equipo que presume de defensa.
“Lo he visto antes de nuestro lado. Pero no hay duda que cuando está anotando de tres así cambia la ecuación “, dijo Spoelstra tras la derrota. “Probablemente deberíamos haber ido más agresivamente para sacar el balón de sus manos”.
¿Y entonces? Ya tiene el Heat marca de 6-11.
“No lo sé, pero vamos a ir a trabajar”, indicó Spo. “Nuestro personal se va a poner a trabajar”.
Tal vez podríamos ayudarle entre todos. Por lo pronto podría comenzar a sacarle partido a sus fortalezas como tener dos jugadores de 7.0’ (Hassan Whiteside y Kelly Olynyk) bastante buenos y otro de 6.10’ (Adebayo) muy atlético.
No tiene porqué imitar el juego de los Warriors. No tiene ni a Stephen Curry, ni a Durant, ni a Draymond Green.
El martes, contra los Nets, el Heat salió con cuatro escoltas: Josh Richardson, Wayne Ellington, Rodney McGruder, Derrick Jones y un centro: Whiteside. No sacó ventaja de su fortaleza y el resultado ya se sabe: otra derrota humillante en casa.
El Heat no tiene que renunciar a su alineación pequeña, pero esta no puede ser la norma. El basquetbol ha cambiado, pero no se pueden olvidar sus fundamentos.