El sarampión en Europa alcanza un récord este año, con más casos registrados en los primeros seis meses de 2018 que cualquier otro período de 12 meses de esta década, indicó la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Más de 41 mil niños y adultos contrajeron esa dolencia en la región europea desde enero hasta junio último, casi el doble del número de infectados en todo 2017.
En ese año, ya se había establecido un récord, con 23 mil 927 infectados en Europa, cifras excedidas en solo el primer semestre de 2018. En 2016, hubo un total de cinco mil 273.
Los brotes actuales amenazan las vidas de niños y adultos y ponen en riesgo el progreso que se ha logrado hasta ahora, dijo a la prensa el doctor Mark Muscat, técnico del Programa de Inmunización y Enfermedades Prevenibles con Vacunas en la Oficina Regional de la OMS para Europa.
«Es una tragedia innecesaria e inaceptable», agregó.
Ucrania fue la más afectada entre los 53 países europeos cubiertos en el análisis de la OMS, con más de 23 mil casos.
Otros seis países de la región (Italia, Grecia, Georgia, Rusia, Serbia y Francia) han registrado más de mil infecciones en adultos y niños en 2018.
Serbia reportó este año 14 muertes relacionadas con la enfermedad, el número más alto de cualquier país incluido en el estudio. 37 personas han muerto en toda Europa.
La OMS sigue preocupada por la baja cobertura de vacunación en algunos países y por la calidad del control de la enfermedad, factores que interrumpen la propagación del mal.
Este retroceso parcial demuestra que cada persona insuficientemente inmunizada sigue siendo vulnerable sin importar dónde viva y cada país debe seguir presionando para aumentar la cobertura, explicó el médico Nedret Emiroglu, director del División de Emergencias Sanitarias y Enfermedades Transmisibles en la OMS.
Prevenir el sarampión
El sarampión es una enfermedad altamente infecciosa que se transmite de persona a persona al respirar aire contaminado o tocar una superficie infectada. Los síntomas pueden comenzar con fiebre alta, tos, secreción nasal u ojos rojos y llorosos. Después de tres a cinco días, generalmente aparece una erupción. El sarampión puede ser grave y causar complicaciones como neumonía o encefalitis.
Esta dolencia es un importante factor de mortalidad infantil, que causa la muerte de 450 niños en todo el mundo cada día, como promedio, según la OMS.
Para prevenir los brotes de sarampión, es necesario proporcionar al menos al 95 por ciento de la población inmunización, umbral de inmunidad en este caso.
En Europa, aunque las tasas de inmunización con dos dosis de la vacuna que contiene sarampión entre los niños aumentaron en 2017, todavía hay diferencias regionales significativas dentro de los países en términos de cobertura.
Si la cobertura cae por debajo del 95 por ciento en ciertas regiones, los casos de sarampión pueden diseminarse y los brotes pueden ocurrir, y de hecho están ocurriendo, apuntó la doctora Pauline Paterson, codirectora del equipo Vaccine Confidence, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
Y donde el movimiento antivacunas ha echado raíces, como en Italia, el sarampión es generalmente la primera enfermedad que se manifiesta por su contagio, según Heidi Larson, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
El Gobierno de Italia recientemente suspendió una ley que exigía a los padres que proporcionaran pruebas de que sus hijos recibieron una serie de 10 vacunas, incluida la MMR (sarampión, paperas y rubéola), al inscribirlos en guarderías y preescolares.
«Ahora, los niños que no están vacunados pondrán en peligro a otros en la escuela que son demasiado pequeños para vacunas o no pueden vacunarse porque padecen enfermedades inmunosupresoras», advirtió el doctor Roberto Burioni, profesor de la Universidad San Raffaele de Milán.
El infame estudio Wakefield, publicado en 1998, aseguró que la vacuna MMR causó autismo en niños que la recibieron. Los resultados del estudio resultaron ser falsos, y Andrew Wakefield, uno de los autores del estudio, tuvo su licencia médica revocada.
Pese al fraude médico, el mito persiste, y muchos escépticos de la vacuna creen que sus hijos desarrollarán autismo si son inmunizados.